El embrague es el encargado de transmitir la potencia del motor a la caja de cambios y por tanto a las ruedas.
En los coches manuales permite el cambio de marchas al "desconectar" el movimiento del motor al cambio haciendo posible engranar la marcha deseada.
El sistema de embrague se compone de varias piezas siendo las mas comunes el disco de embrague, el plato de apriete, la bute y en algunos coches también el volante bimasa.
El síntoma típico de que el embrague ha llegado a su fin es el llamado "patinado" esto es que aunque el motor consigue revolucionarse el coche es incapaz de acelerar, siendo mas notable este efecto en cuestas arriba pronunciadas.
También podemos notar ruidos como chirridos al pisar el embrague y notar un tacto extraño, tanto mas duro o blando del pedal. También, en ocasiones podremos percibir un olor desagradable muy característico.
Existe una prueba, de la cual no debemos abusar, que nos permite saber si podríamos necesitar cambiar el embrague del coche y consiste en poner la tercera o cuarta velocidad con el coche parado y soltar progresivamente el pedal de embrague, si tarda mucho en calarse podria significar que el embrague esta en mal estado.
Algunos coches vienen equipados con volante bimasa, este es el encargado de absorber vibraciones haciendo mas confortable y eficiente la conducción.
En estos coches se recomienda cambiar el volante bimasa al realizar el cambio de embrague ya que al ser una pieza de desgaste con el tiempo van apareciendo holguras que se suelen traducir en ruidos y vibraciones sobre todo al ralentí.
Para algunos vehículos es posible instalar un volante "fijo" que nos ahorrará tener que cambiar el volante bimasa en sucesivos cambios de embrague a costa de sacrificar un poco de confort.
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